miércoles, 9 de marzo de 2011

ESTADOS UNIDOS EN EL SIGLO XIX



LA EXPANSION HACIA EL OESTE
Durante la época de la colonización inglesa las actividades de los colonos se habían desarrollado en la costa del Atlántico, al este de América del Norte, llegando en escasas ocasiones hasta los Montes Apalaches. La independencia obtenida tras la guerra contra los ingleses dio origen a un país reducido en una pequeña extensión de tierra rodeado por un gran territorio poblado por indígenas. Hacia ese amplio territorio se va a producir la primera expansión de EEUU en la primera mitad del siglo XIX.
Se pueden distinguir tres etapas en la expansión hacia el Oeste:
1) Hacia la zona del Río San Lorenzo y de los Montes Apalaches.
2) Hacia la zona de los valles centrales de los ríos Mississipi y Ohio.
3) Más allá del Mississpi hasta llegar al Océano Pacífico.
En los comienzos se trató de una “marcha” como la llamaron algunos historiadores norteamericanos, espontánea, sin organización y sin tratarse de una empresa militar ni un movimiento en masa. Los primeros en marchar hacia el oeste, los pioneros, fueron cazadores y traficantes de pieles que no tenían intención de afincarse en forma permanente en esos territorios. Ellos fueron los primeros en entablar comunicación con los indígenas.
Luego llegaron los especuladores de tierras con interés de radicarse por un tiempo, revender las tierras ocupadas y marchar más hacia el oeste con la misma intención. Fueron los primeros en describir la región, exagerando a veces sus condiciones para atraer compradores de las tierras.
Finalmente llegaron los colonos propiamente dichos, que se trasladaban con sus familias en caravanas de carretas y se asentaban dedicánndose al cultivo y a la cría de ganado.
Un elemento de importante en esta marcha fueron las vías de penetración. Los ríos y los caminos naturales fueron las primeras vías usadas; luego se fueron construyendo caminos y canales. Fue muy importante la expedición de Mereiwether Lewis y William Clark quienes recorrieron el territorio desde el Mississipi hasta el Pacífico, unos trece mil kilómetros de ida y vuelta. En 1803 el gobierno de EEUU, presidido por Thomas Jefferson, había comprado el territorio de Luisiana, una vastísima extensión a ambos lados del Mississipi. Lewis y Clark emprendieron una expedición para conocer el nuevo territorio adquirido y buscar un río que permitiera acceder más fácilmente a los territorios del Oeste. No encontraron ningún río que recorriera el territorio en esa dirección, pero su expedición fue muy útil por los conocimientos geográficos, de flora y de fauna que obtuvieron.
En las tierras que iban ocupando  los colonos vivían indígenas con distinto grado de evolución: desde cazadores nómades hasta agricultores sedentarios. No se intentó incorporar los indígenas a la sociedad blanca. Se los consideró como un problema para la expansión y se los desalojó por la fuerza empujándolos más hacia el oeste. En el correr del siglo XIX se van a producir intensas luchas que culminaron con la desaparición de muchas tribus y la reducción de los sobrevivientes en reservas indias ubicadas en las tierras más pobres.
Como consecuencias de la expansión hacia el Oste podemos observar que:
a) Aumentó considerablemente el territorio de EEUU, dando lugar a la creación de nuevos estados que se fueron sumando a los trece originales.
b) Los territorios incorporados aportaron sus riquezas, aumentando la producción agrícola, ganadera, minera y maderera. Las materias primas del oeste fueron básicas para la industrialización del nordeste y el aumento de las exportaciones. Además la competencia de las tierras vírgenes del oeste obligó a los agricultores del este a emprender una  tecnificación que desembocó en una revolución agraria (fertilizantes, maquinaria agrícola, etc). Indirectamente influyó en el desarrollo de los transportes como el ferrocarril y el barco a vapor que van utilizarse luego que la demanda de productos entre este y oeste obligue a usar vías rápidas de transporte y comunicación.
c) La existencia de vastas extensiones de tierras estimuló la inmigración europea y creó una válvula de escape a las superpobladas ciudades del este.
d) Se originó una sociedad distinta a la del este: más igualitaria, dinámica, audaz, confiada en el esfuerzo propio como forma de salir adelante en la vida. Una sociedad individualista y preocupada por obtener un bienestar material, a la que poco importaba el aspecto intelectual, y donde el trabajo y la vida ruda acostumbraron al uso de la violencia como solución a los conflictos.

EL AISLACIONISMO: LA DOCTRINA MONROE
Durante todo el siglo XIX EEUU siguió una sola política internacional: el aislacionismo. Esta consistía en mantenerse distante de los conflictos europeos, no intervenir en ellos y mantener a los gobiernos europeos alejados de los problemas americanos.
Para algunos historiadores el origen de esta política se encuentra en los primeros colonizadores ingleses que llegaron a América del Norte con la determinación de librarse de cualquier vinculación con Europa, envuelta en continuas guerras.
Cuando el primer presidente de EEUU, George Washington, terminó su gobierno, aconsejó a los futuros presidentes mantenerse ajenos a cualquier conflicto. Thomas Jefferson, al comenzar la tercera presidencia, proclamó que los EEUU debían “tener paz, comercio y amistad sincera con todas las naciones, pero alianzas comprometedoras con ninguna”.
La mejor expresión del aislacionismo fue el mensaje del presidente James Monroe dirigido al Congreso en el año 1803. Monroe tenía noticias sobre la posible intervención militar de la Santa Alianza en Hispanoamérica para que España pudiera recuperar sus colonias transformadas en países independientes. Monroe solicitó al primer ministro inglés, Canning, para que lo impidiera. Canning, que estaba de acuerdo con impedir la intervención, creía que era conveniente una acción conjunta de Inglaterra y EEUU. Pero Monroe no creyó viable esa solución y la rechazó.


El 2 de diciembre de 1823, en su mensaje anual al Congreso, Monroe dio a conocer una posición que es conocida como “la doctrina Monroe”. Declaraba que en el futuro ninguna potencia europea podía colonizar territorios de América y tampoco podía intervenir en los asuntos internos de los nuevos estados. A su vez ninguna nación americana debía intervenir en los asuntos europeos. Sostenía que cualquier acción europea que contrariara esa prohibición sería tomada como “inamistosa” hacia EEUU.
La doctrina Monroe ha sido interpretada de diversas maneras por los historiadores. Para algunos lo que buscaba EEUU era evitar la reconquista de las colonias españolas por temor a que este fuera un paso previo a un intento de reconquista de Inglaterra. Además los gobiernos absolutistas de las potencias que formaban la Santa Alianza (Rusia, Austria, Prusia) no veían con buenos ojos a un país como EEUU donde se aplicaban varias de las propuestas de las Nuevas Ideas que querían ser liquidadas por aquellos.
Otra posición, más aceptada, es que el mensaje de Monroe iba dirigido concretamente contra Rusia. El imperio de los zares se había extendido por Siberia y había llegado hasta el Pacífico, había cruzado hacía América del norte, se había establecido en Alaska y pretendía dirigirse hacia el sur. El gobierno de EEUU lo veía como un rival de temer, más si se acercaba a sus fronteras.
Otros sostienen que el verdadero interés norteamericano era mantener a los europeos alejados de América Latina y de esa manera tener su propia zona de expansión. Este argumento parece estar confirmado por los hechos acontecidos más adelante. Una carta que el ex-presidente Thomas Jefferson dirigió a Monroe demuestra claramente el apetito de territorios: “... confieso francamente que he sido siempre de la opinión que Cuba sería la incorporación más interesante que podría hacer nuestro estado. El dominio que esta isla, junto con el territorio  de La Florida, nos daría sobre el Golfo de México y los territorios cercanos, colmaría nuestro bienestar político”.

LA GUERRA CON LOS VECINOS
La expansión que comenzó siendo una marcha de civiles culminó con campañas militares contra los indígenas y contra los ocupantes de los territorios vecinos.
Un problema fundamental a resolver era el de los límites que se debían marcar en un territorio desconocido. Por el norte se encontraban los ingleses establecidos en la actual Canada y por el sur Méjico que trataba de mantener los territorios españoles de la época colonial. Pero el primer obstáculo de la expansión de EEUU fueron los franceses establecidos en Luisiana. Se solucionó mediante la compra del territorio en 1803.  No hubo una solución pacífica con los ingleses y después de una guerra (1812-1818) EEUU amplió su territorio en el norte al oeste de los Grandes Lagos. En 1819 le compró la península de Florida a España, teniendo a partir de entonces acceso al mar Caribe.
Hacia mediados de siglo comenzaron a surgir problemas con Méjico por el territorio de Texas. Méjico sostenía que ese territorio le pertenecía como parte de los territorios que habían formado el virreinato en la época de la colonización, aunque estaba poco poblado y lejano de la capital mejicana. A partir de 1820 se habían dirigido hacia el lugar colonos norteamericanos encabezados por John Austin. El número de estos fue aumentando superando al de mejicanos. En 1830 el gobierno de Méjico decidió prohibir la entrada de norteamericanos en Texas. Los colonos norteamericanos protestaron y comenzaron a trabajar en procura de separase de Méjico. En 1836 se declararon independientes y luego solicitaron ingresar como un estado de EEUU. Esta situación y la falta de límites precisos provocó la guerra. El presidente norteamericano James Polk vio en la guerra la posibilidad de obtener no sólo Texas sino todas las tierras que Méjico conservaba sobre el Pacífico. Los mejicanos, que tenían problemas políticos internos, no pudieron detener el avance del ejército de EEUU y vieron ocupada su capital. En 1848 se firmó la paz y el gobierno mejicano entregó los extensos territorios del Lejano Oeste que luego de ser colonizados dieron origen a los estados de California, Arizona, Nevada, Utah, Colorado y Nuevo Méjico. Méjico perdió la mitad de sus tierras en esta guerra.




DESARROLLO ECONOMICO Y TRANSFORMACIONES SOCIALES EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO
En la primera mitad del siglo XIX ya se preparó la futura potencialidad de EEUU, diferenciandose claramente de los otros países de América.
Revolución agraria.- Con el desmonte de los bosques y la roturación de nuevas tierras, siempre hacia el oeste, aumentó la superficie destinada a los cultivos y la ganadería.
Las buenas cosechas obtenidas en las nuevas tierras y la mano de obra barata que en ellas había, obligó a los agricultores del nordeste a compensar sus desventajas con mejoras técnicas. En el norte estaba además el incentivo de la demanda siempre creciente. Entre las principales mejoras técnicas encontramos: el uso de abonos, la rotación de cultivos, la selección de las semillas, la creación de colegios agrícolas y el uso de maquinaria agrícola como la segadora de Mac Cormick.
En el sur fue extraordinario el desarrollo de los cultivos de algodón estimulados por la demanda de la industria textil inglesa. En este caso no hubo muchos adelantos técnicos porque se seguía usando mano de obra esclava.
Desarrollo del comercio interior.- El mejoramiento de las vías de transporte fue un factor decisivo para el aumento del comercio interior. Los ríos desempeñaron un papel muy importante: el Mississipi y el Ohio, cada vez más transitados por barcos a vapor, fueron fundamentales. Lo canales artificiales completaron la red fluvial y fueron muy importantes en el nordeste.
Los ferrocarriles comenzaron a utilizarse en Massachussetts y en Carolina del Sur hacia 1830, y adquirieron mayor impulso en las décadas del 40 y el 50, aunque todavía eran rústicos, peligrosos y caros.
La inmigración y la urbanización.- La inmigración fue aumentando en forma progresiva. Los inmigrantes procedían de Europa, particularmente de Irlanda, Inglaterra y Alemania. Si dirigieron principalmente al Norte y al Oeste, donde había más posibilidades de trabajo. La presencia de inmigrantes y la alta tasa de natalidad, multiplicaron la población que de 4 millones de habitantes en 1790, pasó a ser de 23 millones en 1850.
Ya en este periodo se observa un crecimiento de la población de las ciudades, especialmente las del nordeste, donde se establecieron las primeras fábricas.

EL NORTE Y EL SUR: DIFERENCIAS QUE TERMINARON EN GUERRA
Desde la época de la colonización inglesa se habían establecido claras diferencias entre el Norte y el Sur. La razón principal estaba originada en el tipo de producción que ambas zonas tenían. El Sur, más cerca de las zonas cálidas había desarrollado cultivos de algodón y tabaco que eran la principal fuente de ingresos de la zona. Allí había grandes plantaciones que utilizaban mano de obra esclava. Antes de la independencia las cifras de esclavos introducidos marcan las diferencias: mientras en el Norte se habían introducido 40 mil esclavos, en el Sur la cifra alcanzaba los 600 mil. Luego de obtenida la independencia la introducción de esclavos en el Sur fue cada vez mayor debido a la alta demanda de algodón de las industrias textiles. El Norte, con una agricultura variada y tecnificada, dedicado a la actividad comercial y manufacturera, necesitó cada vez menos esclavos.
Pero el tema de los esclavos no era el más importante que separaba al Norte del Sur. En el norte, con el desarrollo de las primeras industrias, se intentó protegerlas de la competencia de los productos ingleses que ingresaban sin mayores trabas. Para eso se requería una economía proteccionista, con aranceles altos para los productos importados. El Sur, cuya economía dependía totalmente de las exportaciones de algodón, era partidario del libre comercio; no tenía productos propios que sufrieran la competencia extranjera y temía que si se aplicaba el proteccionismo, Inglaterra tomara represalias y disminuyera sus compras de algodón.
Esta diferencia sobre los aranceles se llevaba al campo político. Los estados del Sur consideraban que EEUU era una confederación de estados, no un estado único, y el gobierno central no podía realizar tareas que eran competencia exclusiva de los gobiernos de cada uno de los estados miembros. Por lo tanto querían limitar al mínimo la intervención del Presidente y del Congreso Nacional. Por su parte los estados del Norte se referían a EEUU como “la Unión” haciendo hincapié que después de la guerra con Inglaterra, la confederación de ex-colonias se había transformado en un estado federal, y si bien los estados miembros tenían autonomía, el Presidente y el Congreso debían cuidar de mantener la unidad de toda la nación.
En la primera mitad del siglo XIX , y sobretodo por obra de la Suprema Corte de Justicia presidida por el Juez Marshall, el poder del Presidente y del Congreso habían aumentado frente a los poderes de los gobiernos estaduales. Por ejemplo la Suprema Corte había resuelto que el Congreso podía legislar en todos aquellos asuntos que si bien la Constitución no los mencionaba, tampoco los prohibía, es decir que había facultades implícitas que el Congreso podía atribuirse. Y agregaba otra resolución que los gobiernos estaduales no podían obstaculizar el cumplimiento de las leyes aprobadas por el Congreso Nacional. Otra resolución establecía que el presidente tenía derecho a solicitar a los estados que aportaran milicias para prestar servicios como ejército nacional. Y la resolución que seguramente afectaba más a los sureños era la establecía que el gobierno central tenía derecho a regular el comercio con el extranjero, o sea podía aplicar el proteccionismo.
En el congreso estaban representados todos los estados y por eso era necesario obtener la mayor cantidad posible de representantes para lograr la mayoría. La conquista del Oeste amplió el territorio de EEUU y en esas tierras se fueron creando nuevos estados que al ser admitidos como integrantes de EEUU, enviaban sus diputados y senadores al Congreso. Por eso se estableció una disputa entre los sureños y norteños para obtener el apoyo de los nuevos estados.
El tema de la esclavitud era el más usado como propaganda por los del Norte para atacar a los del Sur. Folletos, libros, conferencias, se destinaban a reclamar el fin de la esclavitud po considerarla inhumana e improductiva. No se debe desconocer también el interés que seguramente tenían las empresas del Norte de explotar las riquezas del sur y abastecerlos de maquinaria agrícola.  El Sur tomaba esto como un ataque a su sistema económico. En 1819 se hizo un acuerdo, el Tratado de Misouri, por el cual se establecía que los nuevos estados que se crearan podían tener esclavos si se encontraban debajo del paralelo 36. Si se encontraban al norte de esa línea no podían tener esclavos.


La situación pareció normalizarse. Pero cuando se admitió a Texas como nuevo estado, surgió un problema: n Texas no había esclavos porque había sido abolida por las leyes de México, país al que Texas había pertenecido. Pero Texas estaba debajo del paralelo 36 y los sureños decían que tenía que ser admitida la esclavitud. En el Norte se dijo que se formarían nuevos estados, tantos como fueran necesarios para tener la mayoría en el Congreso. A esa altura la campaña abolicionista del Norte era muy fuerte. Los sureños más irritados comenzaron a hablar de una solución radical separándose definitivamente de EEUU.
La Guerra de Secesión (1861-1865).- La esclavitud fue el tema principal de la campaña presidencial de 1860. Los candidatos eran Abraham Lincoln y el senador Douglas., quien sostenía que no se podía mantener a EEUU dividido en esclavistas y antiesclavistas y, aunque el personalmente era antiesclavista, sostenía que: o todo EEUU era esclavista o todo EEUU eliminaba la esclavitud. Douglas, senador por el estado sureño de Illinois, era ferviente partidario de la esclavitud. La elección de Lincoln y la posibilidad que se aboliera la esclavitud, empujó a los sureños a separase. El 4 de marzo de 1861 Carolina del Sur aprobó una ley de Secesión o sea de separación en la que manifestaba su desvinculación de EEUU. Mississippi, Florida, Louisiana, Alabama, Georgia y Texas se le unieron y formaron los Estados Confederados. Luego Virginia, Tennessee, Arkansas y Carolina del Norte se sumaron a la secesión.
Se enfrentaron dos fuerzas distintas: el Norte estaba mucho más poblado, tenía un sistema ferroviario que le permitió movilizar soldados con más rapidez, tenía una industria que le permitió abastecer a su ejército y dominaba el mar; el Sur tenía soldados más aguerridos, jefes más capaces y tomó la lucha como una guerra de independencia apelando a lo emocional para despertar el espíritu bélico. El sur esperaba recibir apoyo de Inglaterra. Pero este apoyo no se concretó y el Sur quedó aislado por mar, por lo que no pudo vender su algodón ni recibir importaciones. Además buena parte de la guerra se desarrolló en territorio del Sur, destruyendo los cultivos.
Finalmente, en abril de 1865, los estados confederados se rindieron. La guerra dejó como saldo 360 mil muertos en el ejército del Norte y 260 mil en el del Sur; el Sur quedó con sus ciudades y campos arrasados. En el transcurso de la guerra Lincoln había abolido la esclavitud para ganar el apoyo de los esclavos del sur e impulsar a estos a la rebelión contra sus amos. Pero ¿cuál sería su situación después de la guerra? Eran libres pero la mayoría seguían trabajando para sus ex-amos, igual o peor que antes,  y un creciente racismo se instaló en el sur de EEUU por mucho tiempo. La guerra significó para el sur su declinación económica, mientras el Oeste crecía con su ganado y sus minas y en el Norte se desarrollaba la Revolución Industrial. La Unión estaba asegurada.

LA INDUSTRIALIZACION DE EEUU
Factores.-  En la segunda mitad del siglo XIX se produce la industrialización acelerada de EEUU. La revolución industrial se ve favorecida por las grandes riquezas naturales, la abundante mano de obra, los cuantiosos capitales, el conocimiento técnico y la protección del estado.
El territorio norteamericano poseía los combustibles básicos, el carbón y el petróleo, y sus ríos eran aptos para aprovechar la energía hidráulica. Poseía los minerales fundamentales para la industria metalúrgica, además de tener algodón, lana, madera y productos agrícolas y ganaderos.
El desarrollo del ferrocarril fue impresionante. la extensión del territorio y la falta de ríos que corrieran en dirección este-oeste, impulsó la instalación de vías que se transformaron en las más extensas del mundo. En 1869 se inauguró la linea ferroviaria transcontinental que unía las costas del Atlántico con las del Pacífico y permitió el poblamiento del lejano oeste. Se fabricaron grandes y poderosas locomotoras, puentes gigantescos de acero y hormigón, vagones amplios y cómodos que mejoraron las condiciones de viaje. El ferrocarril, junto con el pozo artesiano (que suministraba el agua necesaria para los cultivos y el ganado) y el alambre de púa, permitieron culminar la conquista del Oeste.
Los inmigrantes proporcionaron mano de obra barata y no calificada que era la necesaria para la industria mecanizada.  Entre 1860 y 1900 ingresaron 14 millones de inmigrantes. Al principio la mayoría provenía de Alemania, Inglaterra o los países nórdicos y se dedicaban a la agricultura. Pero hacia fines del siglo XIX la mayoría de los inmigrantes provenía del sur y del este de Europa, era mano de obra no calificada que se instaló en las ciudades y provocó el descenso de los salarios. También la migración del campo a la ciudad aumentó el número de trabajadores disponibles. Entre 1870 y 1900 el número de asalariados pasó de 3 a 7 millones.


Los norteamericanos mostraron una gran capacidad inventiva, creando nuevas máquinas o perfeccionando las ya conocidas. La sociedad estimulaba la creación individual, el genio inventivo y el destaque de los “pioneros”. La búsqueda de éxito, dinero y fama motivó a los investigadores. En EEUU se crearon , entre otros, el teléfono, la máquina de escribir, la calculadora mecánica, la lamparilla eléctrica, el grabador o fonógrafo y la máquina de coser.
El gobierno protegió la producción mediante altos impuestos aduaneros. Antes de la Guerra de Secesión el promedio de las tasas aduaneras era de 19%, pero después de la guerra había aumentado al 47%. Ante las críticas recibidas desde Inglaterra, el ex-presidente Grant, de visita en aquel país, en 1887, justificaba el proteccionismo argumentando que lo mismo había hecho Inglaterra cuando comenzó su industrialización y que, si ahora, Inglaterra defendía el librecomercio era porque ya se había desarrollado, cosa que EEUU recién estaba haciendo.
La concentración de capitales.- La acumulación de ganancias producidas durante la guerra en el Norte, la explotación de minas de oro y plata y los ingresos obtenidos por las exportaciones, permitieron la acumulación de grandes volúmenes de dinero. Al principio el desarrollo empresarial estaba dado por individuos que gracias a su ingenio, capacidad negociadora y falta de escrúpulos, lograban hacer fortunas rápidamente: eran los “capitanes de empresa”. La sociedad norteamericana valoraba las “virtudes” de estos personajes que “se habían hecho de la nada”. Se trataba de agricultores o hijos de agricultores que instalaban pequeños talleres o conseguían algunas máquinas viejas y comenzaban a fabricar, hacían dinero y lo seguían invirtiendo, regateando precios, especulando, hasta hacer fortuna. Son conocidos los casos de Andrew Carnegie, John Rockefeller o Philip Armour.
Pero al avanzar el siglo se formaron grandes sociedades anónimas y las grandes empresas fueron eliminado a las pequeñas competidoras formandose oligopolios. La combinación de trusts con grandes bancos originó poderosas organizaciones, las corporaciones  financieras, decisivas en la vida económica y política. Los apellidos Rockefeller, Morgan, Carnegie, Vanderbilt, etc, identificaban a algunas de esas grandes empresas.

LA EXPANSIÓN HACIA EL PACIFICO Y EL CARIBE 
El desarrollo económico de EEUU, como pasó con el europeo, necesitaba de un abastecimiento de materias primas y mercados donde colocar sus productos. Por lo tanto va a realizar su expansión colonial, obteniendo “su zona de influencia”. Esa zona va a ser la del Océano Pacífico y la región más cercana de América Latina: el Caribe y Centroamérica.
En el Pacífico obtuvieron concesiones comerciales de parte de China y Japón hasta donde los barcos de guerra llegaron amenazantes obligando a aquellos países a abrir sus fronteras a los productos norteamericanos. Anexaron las islas de Hawai, compraron Alaska a los rusos y España les entregó las Filipinas tras una guerra.
En el Caribe se acentuó el interés ya manifestado en la primera mitad del siglo. En primer lugar el interés por apoderarse de las islas mayores como el caso de Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo. Las dos primeras estaban en poder de España y EEUU esperaba que la debilidad del país europeo le llevara a tener que abandonar las dos islas y, como sostenía que su población era incapaz de gobernarse por si misma, EEUU tendría que intervenir. Cuando en 1826 Bolívar había intentado convocar a los países independientes de América para liberar a Cuba del dominio español, EEUU se había opuesto, expresando el Secretario de Estado norteamericano, Henry Clay, que: “ ninguna potencia tiene un interés de tanta entidad como los EEUU en la suerte futura de esta isla”.
Tras varios intentos fallidos de independizarse de España, los cubanos inician una revolución en 1895 que vence a los españoles en varios puntos de la isla. EEUU decidió intervenir para “ayudar” a los cubanos. Ya en ese momento habían importantes inversiones norteamericanas en la isla. Sólo en las plantaciones de azúcar y las minas había unos 50 millones de dólares invertidos. El embajador de EEUU en España había declarado que “la industria azucarera en Cuba es tan vital para nosotros como lo es el algodón de la India para Inglaterra”. En febrero de 1895 un barco de guerra norteamericano anclado en el puerto de La Habana fue volado, aprovechando el Presidente norteamericano MacKinley para culpar a España y declararle la guerra. La guerra duró pocos meses, España se rindió y debió entregarle a EEUU las Filipinas y Puerto Rico. Cuba fue ocupada militarmente y EEUU “le hizo” una constitución en la que se establecía la independencia de Cuba, pero con la salvedad de que EEUU podía intervenir cuando lo creyera conveniente en los asuntos cubanos.
Leonard Wood, gobernador militar de la isla de Cuba durante la ocupación norteamericana, manifestó en carta dirigida al Presidente Teodoro Roosevelt en 1903: “Con el control que ejercemos sobre Cuba, control que sin lugar a dudas pronto se convertirá en posesión, controlaremos también el comercio azucarero del mundo... la isla, bajo el ímpetu de un nuevo capital y una nueva energía, no sólo se desarrollará, sino que gradualmente se ira norteamericanizando, y nosotros tendremos una de las más ricas y deseables posesiones del mundo”.
Otro punto de interés para EEUU era Centroamérica, por dos razones; las inversiones de las compañías fruteras y el objetivo de construir un canal interoceánico que agilitaría las comunicaciones entre las dos costas de EEUU. El canal pensaron construirlo primero en Nicaragua, pero luego se planificó en Panamá, territorio que pertenecía a Colombia. Este país había hecho un acuerdo con Inglaterra para que capitales ingleses construyeran ese canal. EEUU protestó y finalmente apoyó una rebelión de los panameños para independizarse (1903). Los ferrocarriles de empresas norteamericanas que circulaban en Colombia se negaron a transportar al ejército colombiano que iba a sofocar la rebelión y rápidamente el gobierno de EEUU reconoció la independencia de Panamá. El flamante gobierno panameño firmó un acuerdo con EEUU que le permitía a este construir un canal que le pertenecería hasta el año 1999.

AMÉRICA LATINA EN EL SIGLO XIX

LA ECONOMIA DE AMERICA LATINA DESPUES DE LA INDEPENDENCIA



            A pesar de sus riquezas, Hispanoamérica nació a la vida independiente en estado de subdesarrollo por diversas causas. Algunas se habían originado en el sistema colonial, otras se añadieron durante el proceso de independencia y otras fueron resultado de la relación con el exterior y las dificultades de organización interna al comenzar la vida independiente.
            Las principales dificultades económicas eran:
1) Consecuencias de la revolución y las guerras de independencia.
Los largos años de guerra habían perjudicado a la economía por disminución de mano de obra (muerte o perdida de hábitos de trabajo), por fuga de capitales (los españoles ricos que huyeron), por destrucción de sembrados, por dispersión del ganado y por destrozos en las instalaciones mineras, los ingenios azucareros, etc.
La prosperidad de la economía colonial de los últimos tiempos de la colonia fue aniquilada por la guerra donde no se respetaron vidas ni bienes. Por ejemplo Venezuela fue uno de los territorios donde se más se sintieron los efectos: perdió el 50% de la ganadería y las perdidas de vidas humanas fueron altísimas entre 1810 y 1830. Algo similar ocurrió en México y Uruguay. En estos países la revolución se originó en el campo y se perdieron hábitos de trabajo.
 Muchas familias fueron desarraigadas de sus hogares. Los hombres eran reclutados, a menudo a la fuerza. Aún si no morían en las batallas, con frecuencia no retornaban a sus hogares, rehaciendo sus vidas en otra parte.
2) Latifundio y monoproducción.
Eran herencia del pasado colonial. La explotación agrícola y ganadera se hacía en grandes extensiones de tierra pertenecientes a una minoría de propietarios. En parte era resultado del tipo de explotación económica extensiva: el que quería obtener más ganancia no intensificaba el trabajo sobre la tierra obteniendo más productos por hectárea sino que acaparaba más tierra. Pero también el latifundio era una fuente de prestigio social y poder político. La base de la oligarquía era el monopolio de la tierra: era un signo de distinción social.
Luego de la independencia se repartieron las tierras que había conservado el estado español sin repartir (tierras realengas) y en el transcurso del siglo se fueron tomando las tierras indígenas. Estos fueron expulsados con engaños o a la fuerza hacia las zonas montañosas, selváticas o desérticas.
La especialización de la producción por zonas que había comenzado en la época colonial, se aceleró en este período debido al aumento de la demanda europea alimentos y materias primas.
            A partir de ese momento se destacan tres grupos de países exportadores de materias primas: los de clima templado que exportaban cereales y productos ganaderos (por ejemplo Uruguay cueros y tasajo, Argentina cueros, tasajo y trigo); los de clima tropical cuya exportación se basaba en la agricultura tropical (por ejemplo Colombia café, Venezuela cacao, Haití azúcar, México algodón); y los países exportadores de minerales (Chile cobre, Bolivia plata y estaño).
El monocultivo tenía consecuencias nefastas sobre la economía de los países: destrucción de los suelos cultivables al reiterarse los cultivos (como sucedió en el Nordeste de Brasil con el azúcar), dependencia de un solo producto y de escasos mercados que fijaban los precios, descuido de los cultivos para el consumo local con la consiguiente consecuencia del hambre, la desnutrición, etc. El monocultivo también influía en la formación de latifundios porque la pérdida de fertilidad de las tierras impulsaba a los propietarios a ocupar más terreno apto.
            Además la causa que originaba la monoproducción era la demanda exterior y esta era muy cambiante y no dependía de los países productores. Son muchos los ejemplos de zonas que tuvieron su época dorada cuando la demanda era alta y de un día para otro se transformaron en desiertos humanos cuando esa demanda cesó. Chile lo sufrió más  una vez. En aquel país se cultivó trigo para vender a California cuando se produjo la "fiebre del oro". Pero cuando se terminó de conquistar el oeste, el trigo norteamericano era más barato y no sólo California dejó de comprar el trigo chileno sino que el trigo californiano se empezó a vender en Chile. Posteriormente la zona norte de Chile se dedicó a la explotación del salitre formándose muchas ciudades que se transformaron en pueblos fantasmas cuando el salitre chileno ya no interesó.
            Pero el caso más evidente de la "prosperidad frágil" provocada por la monoproducción es el de Manaos y el caucho. Cuando en esta región de Brasil se descubrieron árboles caucheros y se empezó a usar su savia para hacer goma, la región se llenó de inversores y trabajadores. La "fiebre del caucho" duró algunas décadas (1880-1910) y le permitió a Manaos transformarse en una ciudad rica, llena de mansiones, hoteles, edificios públicos, y con uno de los teatros más lujosos del mundo donde concurrían los más afamados artistas.
            La prosperidad de Manaos terminó cuando los ingleses lograron extraer clandestinamente semillas del árbol del caucho y las cultivaron en sus colonias del sudeste asiático (Malasia e Indonesia). Ya no necesitaron comprar el caucho a Brasil y la decadencia llegó a Manaos.
3) Dificultades para explotar las riquezas.
Muchas de las riquezas que poseía América Latina no podían ser explotadas por dificultades de acceso a los
territorios y a causa del primitivismo de los transportes.
            La estructura de caminos era pobre y los estados recién nacían a la vida independiente carecían de dinero para efectuar obras públicas. Carros, carretas, caballos y mulas eran los medios de transporte para los hombres y las mercaderías.
            La situación va a cambiar cuando se instalen los primeros ferrocarriles, pero estos no van a ser introducidos por los países latinoamericanos sino por las empresas inglesas y van a servir a sus propósitos.  La instalación de vías de ferrocarril se hizo para extraer con más facilidad los productos que se enviaban a Europa, uniendo las tierras de cultivo o las minas con los puertos de embarque. El resto quedaba incomunicado.
4) Finanzas insuficientes.
Debido a la débil economía las finanzas de los países latinoamericanos eran insuficientes. Los estados no podían recaudar suficiente ya que no había a quien cobrarle impuestos: unos no podían pagar porque no tenían con que y otros no querían pagar y como ocupaban los cargos de gobierno encontraban la forma de evadir el pago.
            Había además mala administración, gastos militares excesivos (acrecentados por la situación de guerra civil que vivieron los países latinoamericanos hasta muchos años después de la independencia) y deudas que se habían generado durante la revolución.
            Como se carecía de dinero suficiente en los países, se recurrió a los préstamos, siendo los bancos ingleses los principales prestamistas. Los estados emitían títulos de deuda pública pero era muy poca la confianza que generaban y por lo tanto su valor era bajo y su colocación difícil.


5) Dependencia del exterior.
Los países latinoamericanos surgieron a la vida  Independiente en el momento que Europa desarrollaba la industrialización. Incluso la propia "independencia" de las colonias españolas tuvo mucho que ver con el interés de Inglaterra de tener territorios donde colocar su abundante producción. En 1809 un informe del Foreing Office (ministerio de relaciones exteriores británico) expresaba: "...Sea que sigan dependiendo de España o que formen gobiernos independientes, lo cierto es que los sudamericanos, en este momento, abren sus brazos a Inglaterra; e indiferente en que forma buscan nuestra ayuda, siempre que el aumento de los negocios y el nuevo mercado que nos ofrecen para la venta de nuestras manufacturas, compense nuestra protección..."
            En los hechos las colonias pasaron de una dependencia a otra. La vinculación de América Latina con el "mercado mundial" pasó por dos etapas. La primera se extiende desde la independencia hasta mediados del siglo XIX y se caracterizó por la apertura al libre comercio, la entrada masiva de mercadería inglesas y la pérdida del metal precioso que se usó como medio de pago. Las industrias artesanales locales no pudieron competir con la producción inglesa y murieron. En 1809, cuando estaba comenzando la revolución hispanoamericana y comenzaba la penetración comercial inglesa, un informe del Consulado de Buenos Aires decía refiriéndose a los ingleses: "...Estos sagaces maquinistas nos han traído ya ponchos, que es la principal producción de los cordobeses y santiagueños... Sus lanas y algodones además de ser superiores a los paños y lienzos de Cochabamba, son más baratos y por consiguiente arruinarán enteramente nuestras fábricas y reducirán a la pobreza a una multitud de hombres y mujeres que se mantienen con sus hilados y tejidos, en tal forma que por donde se mire no se verá más que desolación y miseria".
            La segunda etapa transcurre en la segunda mitad del siglo XIX y se caracteriza por la llegada de capitales extranjeros, en su mayoría ingleses, pero también franceses, alemanes y de EEUU, que se invirtieron en obras de infraestructura. La integración de América Latina al mercado mundial fue mayor y también aumentó su dependencia.
            Los británicos serán los principales inversores usando su experiencia comercial. En los países de América, fundamentalmente en los puertos más importantes había sucursales de los bancos de Londres para orientar los negocios y las inversiones. Establecerán frigoríficos en Argentina y Uruguay, controlarán las minas de cobre chilenas, pero sobretodo su negocio estará en las inversiones en servicios públicos: ferrocarriles, aguas corrientes, energía eléctrica, teléfono. Su principal preocupación era no arriesgar demasiado y obtener rápidos y seguros beneficios.
            A fines del siglo XIX aparece un fuerte competidor del capital inglés: los EEUU. Se vivían los momentos del capital monopólico, la trustificación y la formación de grandes empresas, así como la búsqueda de territorios coloniales que aseguraran materia prima, fuentes energéticas y un lugar donde colocar las mercaderías y el dinero sobrante. En 1880 la producción industrial de EEUU igualó la de Inglaterra. El gobierno norteamericano puso en práctica la doctrina del "destino manifiesto": la expansión hacia los territorios vecinos más pobres. Las islas del Caribe y Centroamérica fueron los primeros en recibir las inversiones de EEUU, extendiéndose luego hacia los países ubicados al norte de Sudamérica.
En 1889 el gobierno norteamericano invitó a los países de América Latina a una Conferencia Panamericana asistiendo 17 países. En ella EEUU propuso realizar una unión aduanera que fue rechazada por los países latinoamericanos.
 Pero si la vía diplomática no surtía efecto había otras posibilidades: las intervenciones militares con claros objetivos económicos. Esas intervenciones se llevaron a cabo en el Caribe y Centroamérica, siendo las zonas de
más interés las de Cuba y Panamá.




LA SOCIEDAD DE LOS PAISES LATINOAMERICANOS




            POBLACION
            Latinoamérica tenía una baja densidad de población. Enormes regiones estaban deshabitadas e incluso inexploradas y eran casi inaccesibles. Las zonas más pobladas eran las costas donde los colonizadores se habían establecido y las tierras donde se encontraban las culturas indígenas sedentarias.
            Había una gran diversidad racial: un 42 % de indios, un 29 % de mestizos, un 18 % de blancos y 11 % de negros. Pero la distribución racial no era homogénea. Los indígenas abundaban en Bolivia, Perú, Ecuador, México, Paraguay, América Central y en las zonas selváticas del Orinoco y la Amazonia. Los negros abundaban en las zonas tropicales costeras de Brasil, Colombia y en las islas del Caribe. El Río de la Palta fue una zona de predominio blanco, al igual que las ciudades. El mestizaje existió en todas partes pero se notaba más en Perú, México y Centroamérica.
            La minoría blanca dominaba a los otros grupos raciales. La revolución y la independencia no cambió la situación de los indígenas no siquiera donde estos participaron de las luchas como el caso de México. En muchos casos la empeoró, por que los terratenientes empujaron a los gobiernos a iniciar campañas de conquista de tierras expulsando de ellas a los indios, por ejemplo la "conquista del desierto" en Argentina iniciada por Juan Manuel de Rosas y culminada por el presidente Julio Roca. En los países con mayor población india, se mantuvieron en la condición de proletariado rural, sin tierras propias, endeudados, pobres, analfabetos y discriminados.
            En cuanto a los negros, bajo la influencia del liberalismo y al considerarse improductiva la esclavitud, esta fue suprimida hacia mediados de siglo, permaneciendo sólo en Brasil. Pero la liberación de los esclavos no mejoró mucho su situación económica y social.
            Hacia 1870 la población latinoamericana ascendía a 25 millones de habitantes, 22 de ellos en la parte hispana y 3 millones en Brasil. Para principios del siglo XX las cifras eran de 44 millones para la zona hispana y 18 millones para Brasil. Este enorme crecimiento demográfico es debido a dos factores: el descenso de la mortalidad y la llegada de inmigrantes. Esta última causa es la que más cuenta.
En la segunda mitad del siglo XIX llegaron oleadas de inmigrantes en su mayoría procedentes del sur de Europa (italianos, españoles, franceses). Pero no se distribuyeron de igual forma por todos los países sino que la mayoría se estableció en los países de la costa atlántica. Argentina, Brasil, Uruguay, México, fueron los que más inmigración recibieron.
Gran parte de estos inmigrantes, campesinos en sus países de origen la mayoría, venían a América en busca de tierras para cultivar. Pero lo que encontraron fue distinto. Sólo un reducido porcentaje logró acceder a la propiedad de la tierra y la mayoría se quedó en las ciudades donde había posibilidad de hallar empleo. Sus deseos de progresar y su adaptabilidad para todo tipo de tarea les permitió progresar y esto impulsó la formación de las clases medias.
También llegaron a América Latina inmigrantes asiáticos procedentes de China. Se instalaron en Perú, Cuba y México siendo usados como mano de obra muy barata para los cultivos. También se introdujo mano de obra china para la construcción del Canal de Panamá a comienzos del siglo XX.


LAS CLASES SOCIALES
            Las oligarquías patricias consolidaron su dominio como consecuencia de su poder económico, su prestigio social y la ocupación de cargos de gobierno. De una país a otro variaba la distancia que esta oligarquía mantenía con los sectores populares. Allí donde la colonia había creado mayores riquezas y los dueños de esas riquezas se habían rodeado de un lujo refinado y aristocrático, las distancias eran mayores.
            Los latifundistas, dueños de plantaciones o estancias ganaderas, los dueños de los ingenios azucareros, de las minas, los grandes comerciantes vinculados al comercio internacional (importadores y exportadores), el alto clero, los jefes del ejército, los profesionales vinculados a las familias patricias, vivían con comodidad, en grandes residencias, viajaban, dominaban la cultura y legislaban.
            A mucha distancia estaban los campesinos, jornaleros o pequeños propietarios, los funcionarios y los trabajadores urbanos. En las ciudades, a medida que se intensificaba la actividad económica y sobretodo donde llegaban inmigrantes europeos, se iban formando clases intermedias.
            Al integrarse las economías de América Latina al capitalismo, cambiaron las condiciones de trabajo. En aquellos países con abundantes población india y mestiza, la expropiación de las tierras de las comunidades indígenas, transformó a aquellos en jornaleros o asalariados rurales. Quedaban atados a las tierras al contraer deudas con sus patrones, deudas que iban aumentando y pasaban de una generación a otra.
Se intentó que esta mano de obra fuera eficiente y disciplinada, abusando de su mansedumbre e ignorancia.
Esa integración a la economía capitalista fue también la que promovió el fin de la esclavitud. Se consideró ese sistema de trabajo obsoleto e improductivo porque el esclavo debía ser alimentado, vestido y alojado y como no recibía retribución, tenía más ganas de comer que de trabajar. Además era imposible aplicar las nuevas técnicas de trabajo como la división de tareas y la especialización para usar máquinas. Los ingleses, antiguos traficantes negreros prohibieron el comercio de esclavos y persiguieron a los traficantes, ya que la barata mano de obra en sus colonias les permitía competir con los países esclavistas. Al dificultarse el tráfico era difícil, peligroso y costoso renovar la mano de obra esclava. El resultado fue la abolición de la esclavitud.
Las clases medias constituyeron un sector social heterogéneo, que surgieron en los países latinoamericanos a fines del siglo XIX. Lo que impulsó su formación fueron los cambios económicos (comienzos de la industrialización, aumento del comercio, desarrollo de los servicios), la inmigración europea, el éxodo rural y la urbanización.
La importancia de las clases medias y su papel en la sociedad fue distinto de un país a otro. En el Río de la Plata fueron importante factor de transformación en la vida política dando impulso a movimientos políticos reformistas y antioligárquicos (el radicalismo en Argentina, el batllismo en Uruguay). En otros casos fueron sumisas a la oligarquía e imitaron su comportamiento mostrando temor a los sectores populares.


LA SITUACIÓN POLITICA

LA FRAGMENTACION
A pesar del ideal de unión de las ex-colonias, acariciado por muchos de los líderes revolucionarios, y que tuvo su máxima expresión en el frustrado Congreso de Panamá (1826) convocado por Simón Bolívar, las antiguas colonias se convirtieron en múltiples países. Las razones son varias: los accidentes geográficos (selvas, cordilleras, desiertos, ríos) y las dificultades de los transportes y las comunicaciones que hacían imposible cubrir grandes distancias y alejaban a las regiones de los centros administrativos; la escasa densidad demográfica de algunas zonas y el desinterés demostrado por los gobiernos de conservarlas; los regionalismos exacerbados que a veces eran impulsados por las potencias europeas y EEUU interesados en "dividir para reinar".
De los cuatro virreinatos que había en la época hispánica (México, Nueva Granada, Perú y Río de la Plata) surgieron una veintena de países.
México se fragmentó en el Estado de México y la Confederación Centroamericana. Esta se mantuvo unida alguna tiempo bajo el gobierno de Francisco Morazán. Pero los conflictos internos, el regionalismo y el caudillismo dieron lugar a la formación de cinco países: Nicaragua, Honduras, Costa Rica, El Salvador y Guatemala.
Nueva Granada se mantuvo unida luego de la revolución bajo la jefatura de Simón  Bolívar y bajo el nombre de Gran Colombia. Pero la unidad no se pudo mantener. En 1830 se separaron Ecuador y Venezuela quedando aparte la república de Cundinamarca que hacia fines del siglo XIX pasó a llamarse Colombia.
En el Río de la Plata Paraguay se separó a comienzos de la revolución (1811). En 1825 el Alto Perú se convirtió en la República de Bolivia. En 1828, luego de una guerra con Brasil Las Provincias Unidas del Río de la Plata aceptaron que la Provincia Oriental se transformara en estado independiente, dando origen a Uruguay.
En el ex - virreinato del Perú surgieron dos países: Perú y Chile. Más adelante Perú y Bolivia se unieron pero luego volvieron a ser dos estados separados.
Algunos paises que mantuvieron su unidad, sufrieron largas guerras civiles donde había tendencias separatistas o autonomistas como sucedió con la Argentina que recién en la segunda mitad del siglo XIX logró constituirse como un solo país dejando atrás las luchas entre unitarios y federales.
Por su parte la colonia portuguesa de Brasil pudo mantener unida como un solo país tras su independencia en 1823. Los intentos separatistas no faltaron (por ejemplo en Río Grande del Sur con la revolución de los farrapos y la creación de la república de Piratiní) pero fueron derrotados.

CONSTITUCIONES LIBERALES Y GOBIERNOS AUTORITARIOS
Aunque hubo un intento monárquico en México (donde un caudillo de la revolución, Agustín Iturbide se proclamó emperador) en Hispanoamérica se impuso el régimen republicano. En Brasil se estableció una monarquía que se mantuvo hasta fines de siglo (1889).
Los nuevos estados elaboraron sus constituciones tomando como modelos las de los países europeos o EEUU donde habían triunfado las ideas liberales. Por lo tanto se aplicaban los ideales políticos del liberalismo de la primera mitad del siglo XIX, propios de la sociedad europea dirigida por la burguesía. Este sistema no siempre era fácil de adaptar a la situación de las sociedades latinoamericanas.
Las constituciones establecían el sufragio censitario, impidiendo la participación de la mayoría de los habitantes en el gobierno. Sólo una minoría de propietarios votaba y muy pocos eran los que podían se elegidos ya que se requería cierta cantidad de bienes. Esto aseguraba el gobierno a las oligarquías.
El presidencialismo fue un rasgo dominante. El presidente tenía grandes atribuciones e influía en las elecciones. Las elecciones no ofrecían garantías a los votantes, siendo el fraude algo común. Quienes estaban descontentos al ver cerrados los caminos de un cambio electoral, recurrían a la lucha armada generando revoluciones. Los motines militares y los golpes de estado también eran constantes.
Los enfrentamientos se originaban en diversas concepciones políticas: liberales contra conservadores, federales contra republicanos, pero en muchos casos los enfrentamientos se debían a luchas personales por el poder. En estas luchas jugaban un papel importante los caudillos que eran quienes las promovían y movilizaban a la masa de población que no participaba del gobierno. Las rivalidades personales, primero entre los héroes de la independencia y luego entre los principales caudillos, fueron importante factor de división, ya que en torno a ellos se formaron los grupos que se disputaban el poder. Durante muchos tiempo no existieron partidos políticos propiamente dichos, sino grupos personalistas que no estaban definidos ideológicamente.
La revolución había legitimado el uso de la fuerza y luego era muy difícil dejar de usarla para resolver las diferencias ideológicas o personales. La guerra de independencia tan prolongada en el tiempo había creado ejércitos numerosos que se acostumbraron a vivir del saqueo. Los nuevos estados tenían ejércitos con muchos oficiales ascendidos durante las guerras y que no se necesitaban en tiempos de paz. Pero se mantenían porque se necesitaban para asegurar el poder de las oligarquías. Los excesivos gastos militares eran uno de los factores de las dificultades económicas, estas provocaban rebeliones y para sofocarlas se usaban los ejércitos, manteniéndose un círculo vicioso.
A pesar de los expresado por las constituciones, el orden no se basaba en el respeto a la ley, sino el sometimiento a la disciplina militar y el acatamiento a la voluntad de los caudillos. Estos usaban la fuerza para sí al servicio de algún sector social, pero no necesitaba usarla para hacerse obedecer por sus seguidores. "El caudillo debía demostrar su coraje y la más amplia y continua solidaridad para con sus seguidores. Tenía que abandonar toda actitud de falsa superioridad y pedantería, convivir con ellos, hablarles en su lenguaje y de las cosas que les interesaban. Se aceptaba con complacencia su presencia en fiestas y velorios, se le toleraban sus relaciones extramatrimoniales y sus múltiples hijos naturales" (historiador Gustavo Beyhaut).
Hubo en esta época varios hombres "decisivos" en torno a los cuales giró la política de los países latinoamericanos: Gaspar Rodríguez y Francisco Solano López en Paraguay; Juan Manuel Rosas en Argentina; Antonio López de Santa Ana en México; José Antonio Paez en Venezuela, entre otros.

LAS RELACIONES ENTRE LOS PAISES LATINOAMERICANOS
Después del fracaso del Congreso de Panamá, no se volvió a intentar la unión entre los países latinoamericanos. Los factores de división fueron más fuertes que los deseos de unidad y fueron múltiples los conflictos entre los países. Entre los países había rivalidades económicas y políticas, intentos de hegemonía y disputas limítrofes.
Problemas fronterizos.- Al crearse los nuevos estados se mantuvieron los límites de la época colonial: virreinatos, gobernaciones), aplicándose la doctrina del "uti possidetis", o sea respetar las posesiones que cada país tenía en 1810 al comenzar la revolución hispanoamericana.
            A pesar de esto, como los límites no siempre estaban claros, se suscitaron diferencias que no siempre se resolvieron diplomaticamente.
            Brasil tuvo problemas de límites con casi todos los países de América del Sur. Era la herencia de las cuestiones pendientes de la época colonial, cuando los portugueses desconocieron el Tratado de Tordesillas y avanzaron sobre tierras españolas, no existiendo un límite claro entre ambas posesiones. Las zonas selváticas y poco pobladas (la Amazonia, el Mato Groso) dificultaba la fijación de la frontera. Los países hispanos no supieron unirse para enfrentar todos juntos a Brasil en el tema de los límites y Brasil salió favorecido negociando con cada país por separado.
            Otros problemas de límites fueron entre Perú, Bolivia y Chile; entre Perú y Ecuador y entre Colombia y Venezuela.
            La guerra del Pacífico.- Perú y Bolivia tenían fuertes vinculaciones étnicas, económicas y tradicionales. Además las luchas de la independencia habían creado muchos vínculos personales, existiendo dirigentes que habían actuado en ambos países. El General Santa Cruz, presidente de Bolivia, intentó unir ambos países creando en 1837 la Confederación Peruano-Boliviana. Pero el intento fracasó ya que la unión se hacía en base a la figura de Santa Cruz y carecía de una base sólida, además de la oposición externa de Argentina y Chile que veían como peligroso para sus intereses la formación de un estado poderoso en el norte de sus fronteras. Chile invadió Perú, contando con la ayuda de peruanos que se oponían a Santa Cruz. Este fue derrotado ya la Confederación fue disuelta dos años después de formada.
            Posteriormente hubo un nuevo intento de unión en este caso impulsado por el gobierno peruano dirigido por el General Gamarra en 1841. Pero los bolivianos se opusieron a la unión y vencieron a los peruanos. En 1842 se firmó un acuerdo entre Perú y Bolivia quedando definitivamente separados. Se hizo un acuerdo de limites por los que Bolivia mantuvo una franja de tierra sobre el océano Pacífico que le permitía tener una salida al mar.
            Esa franja de tierra era parte de una vasta llanura desértica que se extendía hacia el sur en territorio chileno. No había accidentes geográficos que establecieran una separación precisa de los dos países. La zona, durante mucho tiempo abandonada y deshabitada, cobró importancia con la explotación del salitre y el guano. Ambos eran componentes importantes de los abonos utilizados en Europa para enriquecer las tierras desgastadas y empresas extranjeras se establecieron en la zona para explotar ambos productos.
            Las tierras de Bolivia que servían de salida al océano fueron progresivamente ocupadas por mineros chilenos. En 1873 Bolivia y Perú firmaron un acuerdo para hacer frente común ante la expansión chilena. En 1879 Chile atacó y venció a Bolivia, ocupando el litoral salitrero. Luego invadió a Perú y llegó a sitiar Lima, la capital peruana.
            En 1883 se logró un acuerdo de paz en el que Chile salía vencedor quedándose con una zona rica en yacimientos minerales, mientras Bolivia perdía su salida al mar quedando encerrada en el centro del continente.

LAS INTERVENCIONES EXTRANJERAS
           
LAS RELACIONES DE LATINOAMERICA CON EUROPA
Los países recién independizados no actuaron como un bloque unido. Cada país resolvió a su manera las relaciones con los estados europeos, e hizo frente sólo a las presiones y amenazas.
Muchos estados acudieron a Europa en busca de préstamos y garantías para su precaria independencia. Proponiéndoselo o no, abrieron las puertas a la penetración europea, alentada por la debilidad de los nuevos países. La diplomacia inglesa fue la más activa; la división y el equilibrio entre pequeños estados interesaba a su comercio. Las intervenciones francesas fueron, en general, menos diplomáticas, desembocando en guerras e invasiones. Las presiones de estas potencias procuraban: el pago de deudas atrasadas e indemnizaciones, pedido de la cláusula de nación más favorecida en los acuerdos comerciales, exigencia de que los súbditos europeos se pudieran regir por las leyes de sus países de origen y no por las leyes de los países americanos donde vivían (extraterritorialidad de la ley), libre tránsito por los ríos que pasaban por más de un país, libertad para comerciar e invertir.
Los reclamos realizados por embajadores y cónsules europeos contaban con el respaldo de los barcos de guerra que navegaban amenazantes por el Atlántico y el Pacífico, siempre listos para acudir al lugar donde se plateara un conflicto. Además los intereses europeos tenían sus aliados en las oligarquías locales vinculadas economicamente a aquellos.
Los hechos más sobresalientes de este período fueron:
-          La mediación inglesa en la guerra entre Argentina y Brasil por la Provincia Oriental (1826-1828).
-          La ocupación de las islas Malvinas por los ingleses en 1833.
-          La guerra entre Argentina, dirigida por Juan Manuel de Rosas, y Francia (1838-1840).
-          La intervención anglo-francesa en la Guerra Grande en el Río de la Plata.
-          La invasión de Francia a México reclamando el pago de deudas atrasadas (en dos ocasiones 1838 y 1862).
-          El ataque español a Perú y Chile reclamando indemnizaciones por la guerra de independencia (1864-1865).

LAS RELACIONES CON EEUU
Los EEUU favorecieron la emancipación de Latinoamérica del dominio español y rechazaron cualquier intento europeo de intervenir en la región con el Mensaje Monroe (1823). A medida que el tiempo pasó se hicieron mas evidentes las diferencias entre el país del norte y los países del sur; mientras aquel se industrializaba y se transformaba en una potencia, los estados latinoamericanos se mantenían atrasados y débiles.
Frente a esos países débiles EEUU se va a guiar por dos intereses fundamentales: a) obtener territorios que se interponían en su expansión hacia el Pacífico; b) asegurar posiciones en el Mar Caribe y Centroamérica.
Para cumplir el primer objetivo apoyo la separación de Texas de México y luego luchó y venció a México quitándole los territorios que este tenía en el Lejano Oeste. EEUU se aseguró amplios y ricos territorios, mientras su vecino del sur quedaba reducido a la mitad de su tamaño.
El otro objetivo de EEUU era el Mar Caribe, en particular apoderarse de las islas mayores como el caso de Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo. Las dos primeras estaban en poder de España y EEUU esperaba que la debilidad del país europeo le llevara a tener que abandonar las dos islas y, como sostenía que su población era incapaz de gobernarse por si misma, EEUU tendría que intervenir. Cuando en 1826 Bolívar había intentado convocar a los países independientes de América para liberar a Cuba del dominio español, EEUU se había opuesto, expresando el Secretario de Estado norteamericano, Henry Clay, que: “ ninguna potencia tiene un interés de tanta entidad como los EEUU en la suerte futura de esta isla”.
            Tras varios intentos fallidos de independizarse de España, los cubanos inician una revolución en 1895 que vence a los españoles en varios puntos de la isla. EEUU decidió intervenir para “ayudar” a los cubanos. Ya en ese momento habían importantes inversiones norteamericanas en la isla. Sólo en las plantaciones de azúcar y las minas había unos 50 millones de dólares invertidos. El embajador de EEUU en España había declarado que “la industria azucarera en Cuba es tan vital para nosotros como lo es el algodón de la India para Inglaterra”. En febrero de 1895 un barco de guerra norteamericano anclado en el puerto de La Habana fue volado, aprovechando el Presidente norteamericano MacKinley para culpar a España y declararle la guerra. La guerra duró pocos meses, España se rindió y debió entregarle a EEUU las Filipinas y Puerto Rico. Cuba fue ocupada militarmente y EEUU “le hizo” una constitución en la que se establecía la independencia de Cuba, pero con la salvedad de que EEUU podía intervenir cuando lo creyera conveniente en los asuntos cubanos.
            Leonard Wood, gobernador militar de la isla de Cuba durante la ocupación norteamericana, manifestó en carta dirigida al Presidente Teodoro Roosevelt en 1903: “Con el control que ejercemos sobre Cuba, control que sin lugar a dudas pronto se convertirá en posesión, controlaremos también el comercio azucarero del mundo... la isla, bajo el ímpetu de un nuevo capital y una nueva energía, no sólo se desarrollará, sino que gradualmente se ira norteamericanizando, y nosotros tendremos una de las más ricas y deseables posesiones del mundo”.
            Otro punto de interés para EEUU era Centroamérica, por dos razones; las inversiones de las compañías fruteras y el objetivo de construir un canal interoceánico que agilitaría las comunicaciones entre las dos costas de EEUU. El canal pensaron construirlo primero en Nicaragua, pero luego se planificó en Panamá, territorio que pertenecía a Colombia. Este país había hecho un acuerdo con Inglaterra para que capitales ingleses construyeran ese canal. EEUU protestó y finalmente apoyó una rebelión de los panameños para independizarse (1903). Los ferrocarriles de empresas norteamericanas que circulaban en Colombia se negaron a transportar al ejército colombiano que iba a sofocar la rebelión y rápidamente el gobierno de EEUU reconoció la independencia de Panamá. El flamante gobierno panameño firmó un acuerdo con EEUU que le permitía a este construir un canal que le pertenecería hasta el año 1999.